Anoche soñé con una plaza enorme y vacía, parecida a la de San Marco en Venecia pero más grande. Yo entraba corriendo en busca de alguien, pero la plaza estaba vacía y sin apenas darme cuenta yo estaba en el centro. En el punto más céntrico de la plaza, alejado infinitamente de los extremos que se perdían como horizontes, rodeado de soledad. Solo, solo, solo. Intentaba salir de la plaza pero arrastraba conmigo ese maldito centro que me mantenía aislado. Andaba y la plaza venía conmigo, sin dejarme huir, sin dejarme alcanzar los soportales lejanos que circundaban la plaza océana. Desde la oscuridad de aquellos soportales sentí que me observaba una muchedumbre riéndose de mi solitaria distancia, de mi encierro al aire libre, a plena luz del día, en el centro de una plaza amplia e infinita.
Me gustan, los dos, mi querido amigo, pero este me parece brutal.
ResponderEliminarLa soledad es naturalmente brutal, my little pony.
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