Evviva la poesia
dell'addio!
Que cierra en un puño la
mirada y entre vastos montones de leña prende fuego a lo que fue.
Que encadena los sinsabores de una vida en una caja de Pandora ya
cerrada para siempre -vuelven los males a casa y ahora es sereno el
mar que antes temblaba-. Se contraen rencores y
sonrisas en el origen de los orígenes que llamamos polvo. Cada
grano de arena de los que antes nos hicieron playa se esparce por los
aires y es barro con el mar. Que las brisas respiradas
poco cuentan, y los vientos fuertes se comprimen en un soplo, un
soplo tranquilo en forma de hilo que se va para no volver. Nos
ata esta fibra del último suspiro las muñecas y los tobillos, las
esperanzas y los dolores, el sudor que ahora ya es frío. La meta de
los vividores.
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