"Ser artista es no tomar en serio al hombre tan serio que somos cuando no somos artistas"
La deshumanización del arte
José Ortega y Gasset
El artista puro sería aquél que logra aislarse y replegarse sobre sí mismo, sobre su yo poético. Aquél que logra anular y rehuir la realidad externa, las necesidades vulgares y primitivas, biológicas y sociales, que interfieren injustamente en su arte. El artista puro es quien se ríe del hombre serio que también es, con sus obligaciones y sus laberínticas ataduras. El artista puro es absolutamente libre, no vive atado a una cuchara, no le incomodan la falta de leche en la nevera ni las facturas amontonadas en el cajón de su escritorio (porque no tiene escritorio, no lo necesita).
Existe el artista puro en la forma efímera del desligado -radicalmente desarraigado. Puede existir el artista puro, quizá tres, cinco semanas, antes de que su conciencia creativa y su libertado yo poético se desvanezcan en la borrosa flojera de la inanición. Revolcándose en la utópica inmortalidad de la mariposa.
Existe el artista puro en la forma efímera del desligado -radicalmente desarraigado. Puede existir el artista puro, quizá tres, cinco semanas, antes de que su conciencia creativa y su libertado yo poético se desvanezcan en la borrosa flojera de la inanición. Revolcándose en la utópica inmortalidad de la mariposa.